IN MEMORIAM

Carmen Díaz Sosa, una mujer sin límites

Docente y empresaria, María del Carmen Díaz Sosa fue sobre todo madre, de sus seis hijos y de los miles de estudiantes a los que instruyó

Carmen Díaz Sosa.

Carmen Díaz Sosa. / LP

Hermanos Monsalve Díaz

El 25 de abril de 2024 ha fallecido en Las Palmas de Gran Canaria, a la edad de 95 años, nuestra madre, María del Carmen Díaz Sosa, madre de seis hijos, fundadora de varios colegios, fundadora y directora del Instituto de Enseñanza Media de esta capital Alonso Quesada en 1967, maestra, profesora, empresaria del taxi, Catedrática de Enseñanzas Medias de Lengua y Literatura españolas por oposición desde 1966, directora del Instituto de Bachillerato Santa Teresa de Jesús, donde se jubiló como catedrática, así como profesora tutora de la UNED, de Fonética y Fonología españolas, durante muchos años, hasta que por motivos de cuidados de la salud de su esposo decidió dejar de impartir la docencia universitaria. También fue fundadora y presidenta del club cultural Dynamis de esta capital.

Fue invitada como participante a la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Pekín entre los días 4 al 15 de septiembre de 1995, donde expuso que debía haber un teléfono, que ella lo llamó «el teléfono azul», para que una mujer, en caso de ser maltratada, pudiera pedir rápido auxilio a las autoridades. Esa idea germinó y el teléfono de la mujer maltratada se implantó en muchos países, entre ellos en España a partir del año 2007.

Su padre, Manuel Díaz Sosa, fue emigrante en Cuba y como comerciante de mercancías entre La Habana y Estados Unidos pudo ser testigo directo del movimiento feminista sufragista en la ciudad de Nueva York, cuyo Estado fue el primero en conceder el voto a las mujeres en 1917. Manuel regresó de Cuba para alistarse como voluntario en el ejército español, en la guerra de África, donde, por méritos de guerra, consiguió la medalla con distintivo rojo, licenciándose como sargento.

Cuando regresó de la guerra, Manuel se casó con Tomasa Sosa Falcón y fundó una tienda en el barrio obrero de San José, en el que se le conoció como Manolito el de la tienda. Tomasa tenía fama de santa, no había día que no albergara en su casa a cuantos pobres y menesterosos necesitaban comer. Era una época de gran hambruna.

En esta familia nació como primogénita nuestra madre, Carmencita, y desde muy pequeña mostró grandes dotes intelectuales, como su padre, y un gran corazón, como su madre. Nuestra madre nunca tuvo límites, pese a la época, y pese a ser mujer, para alcanzar todos los objetivos que se propuso en la vida, alentada en todo momento por su padre, cuya estancia en Nueva York y su contacto con el movimiento sufragista feminista le abrió su mentalidad, dando estudios universitarios por igual tanto a sus tres hijas como a sus cuatro hijos, sin distinción alguna.

Cuando nuestra madre se casó con nuestro padre, Marceliano Monsalve Córdoba, en 1954, esto, lejos de ser un impedimento a su carácter emprendedor, le supuso un aliciente, pues él siempre la animó en todas sus empresas. En una época donde la mujer necesitaba autorización del marido, nuestra madre siempre la tuvo de antemano.

Reunión de antiguos alumnos del IES Alonso Quesada

Antiguos alumnos del IES Alonso Quesada, con Carmen Díaz Sosa, en una de sus reuniones. / Andrés Cruz

Tanta actividad no le impidió ser madre de seis hijos, a los cuales quiso con locura. Y no le impidió tampoco ser una gran madre para todos sus alumnos, en los que dejó una profunda huella y así estos se lo han agradecido en innumerables ocasiones, tanto por su calidad humana como por su labor docente. Tengo en mi retina grabado el velatorio de mi madre, donde vi desfilar un batallón de alumnos en procesión para rendir un último homenaje a su profesora. Ella siempre nos enseñó sus valores de esfuerzo, disciplina y dignidad en todo cuanto hiciéramos. Hace dos meses y medio, fue víctima de un ictus, que la mantuvo postrada en una cama de una clínica, luchando por recuperarse, hasta que Dios quiso acogerla en su seno el pasado jueves día 25 de abril de 2024 a la edad de 95 años.

Mamá, tus hijos, tus alumnos y tus seres queridos nunca te olvidaremos. Ya en el cielo hay un ángel más velando por todos nosotros.

Descanse en Paz una gran madre y una gran mujer.

Tus hijos: Marceliano, Tomás, Pablo, Pedro, Javier y Arturo Monsalve Díaz.